La Estrella Blanca En el centro del sistema arde Ilyos, una estrella blanca cuya luz intensa obliga a todos los planetas a desarrollar defensas naturales o artificiales contra la radiación. Se cree que su color se debe a un equilibrio inusual entre temperatura y composición, un fenómeno que ha permitido que los mundos cercanos reciban calor sin ser calcinados. Las civilizaciones más antiguas adaptaron sus ritmos y arquitecturas a la intensidad de su brillo, construyendo calendarios basados en los pulsos luminosos de Ilyos. Para algunos, es un símbolo de vida; para otros, un recordatorio constante de que incluso una estrella puede consumirlo todo… si despierta en exceso.